sábado, 6 de junio de 2020

SESIÓN 10


SESIÓN DE APRENDIZAJE N° 10 GRADO: 4to SECCION: A
JESUS MADELO DE HOMBRE NUEVO
¿CÓMO EMPEZAMOS?                                     


Empezamos observando la imagen y para darnos cuenta que necesitamos un cambio. Reflexionamos como podemos ser nueva persona dejando todo lo malo y cambiando de actitud teniendo a Jesús como modelo.
¿QUÉ APRENDERÉ HOY?
. JESUS MADELO DE HOMBRE NUEVO
PROPOSITO: Acoge a Jesucristo como redentor y modelo de hombre que enseña a vivir bajo la acción del espíritu santo para expresar en su vida diaria los principios y las enseñanzas de la iglesia
·       ¿QUÉ HARE?
Ø Iluminamos con el texto Bíblico sobre nuestra actitud al empezar alguna acción en nuestra vida:
Ø  Analizan el texto bíblico, Col. 2, 12 – 14 y reflexiona ¿Cómo debe ser el hombre nuevo?
Cristo es el hombre nuevo, porque es el santo, el justo, el hombre a imagen de Dios. El hombre es por naturaleza o nacimiento “imagen” de Dios, pero se hace “a semejanza” suya sólo en el transcurso de su vida, mediante el esfuerzo por asemejarse a Dios por la obediencia. Por el hecho de que existimos, somos imagen de Dios; pero por el hecho de obedecer nos hacemos también semejanza suya, porque queremos lo que Él quiere. ‘En la obediencia se realiza la semejanza con Dios y no sólo el estar hechos a su imagen” El hombre justo, sin pecado fue el verdadero proyecto de Dios. El pecado nos es algo esencial en el hombre, es un añadido desfigurado al proyecto divino del hombre. Jesús es verdadero hombre, precisamente porque no tiene pecado. “asumió la condición de esclavo, pero sin contaminarse con el pecado; así enriqueció al hombre, pero sin disminuir a Dios”.
Llamados a ser Hombres Nuevos: llamados a imitar a Cristo, a revestirnos del Hombre Nuevo, es decir, a vivirlo: “
“El hombre de hoy busca la libertad y la independencia, nosotros predicamos a Cristo obediente hasta la muerte, potencia de Dios y libertad de Dios”. Nosotros no podemos imitar a Jesús en cuanto Dios, en sus milagros, pero podemos y debemos imitarle en cuanto “hombre nuevo”, hombre sin pecado. Abandonar el hombre viejo significa abandonar la propia voluntad, y revestirnos del Hombre Nuevo significa abrazar la voluntad de Dios. Cada vez que decidimos, aunque sea en cosas pequeñas, liberarnos de nuestra “voluntad de carne” y negarnos a nosotros mismos, damos un paso hacia Cristo, Hombre Nuevo, que “no buscó lo que le agradaba”. Es esta una especie de regla general para nuestra santificación. Aprendamos a repetir, también nosotros: “no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 5,30. La novedad del Hombre Nuevo se mide, como ya se ha visto, por su obediencia y conformidad con la voluntad de Dios.
Vivir según el Espíritu: Hombre nuevo y hombre viejo se corresponden con otras fórmulas de Pablo, como vivir “según la carne” o “según el Espíritu”. Opone dos maneras de vivir, que coexisten en cada uno de nosotros. Necesitamos, por tanto, despojarnos del hombre viejo, arruinado, sin esperanzas, esclavo de su egoísmo y al que van destruyendo y revestirnos del Hombre nuevo, que vive la vida del amor, de la fraternidad: “caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo

·       MÁS INFORMACIÓN AQUÍ:
Jesucristo: el hombre nuevo


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