SESIÓN DE
APRENDIZAJE N° 10 GRADO: 4to SECCION: A
JESUS
MADELO DE HOMBRE NUEVO
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¿CÓMO EMPEZAMOS?
Empezamos observando la imagen y para darnos cuenta que
necesitamos un cambio. Reflexionamos como podemos ser nueva persona dejando
todo lo malo y cambiando de actitud teniendo a Jesús como modelo.
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¿QUÉ APRENDERÉ
HOY?
. JESUS
MADELO DE HOMBRE NUEVO
PROPOSITO: Acoge a Jesucristo como redentor
y modelo de hombre que enseña a vivir bajo la acción del espíritu santo para expresar
en su vida diaria los principios y las enseñanzas de la iglesia
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· ¿QUÉ HARE?
Ø
Iluminamos con el texto Bíblico sobre nuestra actitud al empezar
alguna acción en nuestra vida:
Ø
Analizan el texto bíblico, Col. 2, 12 – 14 y
reflexiona ¿Cómo debe ser el hombre nuevo?
Cristo es el hombre nuevo, porque es el santo, el justo, el hombre a imagen de
Dios. El hombre es por naturaleza o nacimiento “imagen” de Dios, pero se hace
“a semejanza” suya sólo en el transcurso de su vida, mediante el esfuerzo por
asemejarse a Dios por la
obediencia. Por el hecho de que existimos, somos imagen de
Dios; pero por el hecho de obedecer nos
hacemos también semejanza suya, porque queremos lo que Él quiere. ‘En la
obediencia se realiza la semejanza con Dios y no sólo el estar hechos a su
imagen” El hombre justo, sin pecado fue el verdadero proyecto de Dios. El
pecado nos es algo esencial en el hombre, es un añadido desfigurado al
proyecto divino del hombre. Jesús es verdadero hombre, precisamente porque no tiene
pecado. “asumió la condición de esclavo, pero sin contaminarse con el pecado;
así enriqueció al hombre, pero sin disminuir a Dios”.
Llamados a ser Hombres Nuevos: llamados a imitar a Cristo, a revestirnos del Hombre
Nuevo, es decir, a vivirlo: “
“El hombre de hoy busca la libertad y la
independencia, nosotros predicamos a Cristo obediente hasta la muerte,
potencia de Dios y libertad
de Dios”. Nosotros no podemos imitar a Jesús en cuanto Dios, en
sus milagros, pero podemos y debemos imitarle en cuanto “hombre nuevo”,
hombre sin pecado. Abandonar el hombre viejo significa abandonar la propia
voluntad, y revestirnos del Hombre Nuevo significa abrazar la voluntad de
Dios. Cada vez que decidimos, aunque sea en cosas pequeñas, liberarnos de
nuestra “voluntad de carne” y negarnos a nosotros mismos, damos un paso hacia
Cristo, Hombre Nuevo, que “no buscó lo que le agradaba”. Es esta una especie
de regla general para nuestra santificación. Aprendamos a repetir, también
nosotros: “no busco mi
voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 5,30. La
novedad del Hombre Nuevo se mide, como ya se ha visto, por su obediencia y
conformidad con la voluntad de Dios.
Vivir según el Espíritu: Hombre nuevo y hombre viejo se corresponden con otras
fórmulas de Pablo, como vivir “según
la carne” o “según el Espíritu”. Opone dos maneras de vivir, que coexisten en
cada uno de nosotros. Necesitamos, por tanto, despojarnos del hombre viejo,
arruinado, sin esperanzas, esclavo de su egoísmo y al que van destruyendo y
revestirnos del Hombre nuevo, que vive la vida del amor, de la fraternidad: “caridad, alegría, paz, comprensión
de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí
mismo
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· MÁS INFORMACIÓN AQUÍ:
Jesucristo: el hombre nuevo
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